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  núm. 55  /  23 de desembre de 2009  

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Drets d'autor / Derechos de autor
 

El mundo editorial discute cómo controlar la piratería en el 'e-book'

La evidencia de que la cultura en red suprime el valor de la copia (en el que ha descansado la economía de la cultura tradicionalmente) y abre la puerta a la reproducción infinita y gratuita es una de las preocupaciones principales del sector editorial ante la llegada del e-book. Eso explica que lo primero que se comercializara en libro electrónico fueran títulos cuyo ciclo en el mercado de papel había concluido, lo que significaba espantar todo riesgo.

Sin embargo, la demanda de contenidos para los e-readers no es diferente de la del mercado de papel. "La lista de los 20 títulos más vendidos en Amazon [que pusieron a la venta el célebre lector Kindle] y la de The New York Times son exactamente la misma, lo que significa que el propietario de un libro electrónico quiere lo mismo que el cliente de una librería", explica el analista Javier Celaya. Sin embargo, de momento las editoriales temen que crear rápidamente una versión digital puede comprometer el negocio de la edición de papel que, después de todo –al menos, hasta ahora–, es un negocio seguro. Un Harry Potter o un volumen de Millennium tienen, tras el impacto del primer título, una demanda perfectamente previsible y millonaria.

La actitud, conservadora en lo relativo a los lanzamientos que tienen los editores españoles, es la misma que se registró en Estados Unidos hace un par de años y que hoy en gran medida ya ha desaparecido. La prueba es que Dan Brown ha salido simultáneamente en formato digital y papel en el mercado estadounidense. El debate es si esa prudencia fomenta la piratería: desde que un libro sale a la calle en papel, ya hay versiones digitalizadas en las redes P2P por lo que, en buena medida, retrasar su venta para los clientes que poseen un lector de libros digital los obliga a acudir a esas redes de intercambio de archivos a buscar ese título. Y de hecho, así lo hacen. Esto no sólo supone perder la venta de un libro digital sino, eventualmente, muchos más, ya que el usuario que acude a buscar un título a las redes P2P presumiblemente no se bajará una sola obra, en aplicación del viejo principio del "ya que voy...". Después de todo, esta fue la política de negocio que condenó a la industria discográfica y de la que apenas están sacándola ahora servicios de amplio catálogo disponible como Spotify o iTunes, basados en el catálogo y los servicios.

La otra prevención contra la piratería es el llamado DRM (Digital Rights Management), una especie de anticopy que incorporan los libros digitales y que en España parece que va a ser adoptado de forma unánime por todas las editoriales. El sistema impide un uso indebido de la copia que el usuario de un e-reader se baja a su dispositivo, y hasta ahora es razonablemente seguro. Lo que no quiere decir que no existan métodos para crackearlos (como ocurre con los DVD dotados de anticopy). Sin embargo, en la islas británicas y Estados Unidos, el debate en torno a este sistema también es intenso e incluso algunas editoriales que lo incorporaban han dejado de usarlo. ¿Por qué? Bueno, de nuevo la experiencia previa de las industrias musical y audiovisual con internet demuestra que limitar los derechos de quien está dispuesto a pagar o presumir su comportamiento ilegal frente a los de quien se descarga gratis es mal negocio (por ejemplo, es muy debatido en internet que sean los usuarios que compran películas los que se coman los inquisitivos anuncios contra la piratería que, lógicamente, no aparecen en las películas descargadas). "Además de la calidad de los contenidos, la otra ventaja de la comercialización on line deben ser los servicios", dice Celaya, recordando que a un suscriptor de iTunes el propio sistema le recomienda nuevas obras ajustadas a sus gustos, contenidos de los que no tendría conocimiento sin que el servidor le informara, a la manera de un librero de confianza. Ofrecer servicios similares es otro de los empeños de los editores.

Pedro Vallín

La Vanguardia, 22 de diciembre de 2009

 

La industria cultural pide a Zapatero que no de marcha atrás y acabe con la piratería

Una cincuentena de asociaciones y entidades integradas en la Coalición de Creadores e Industrias de Contenidos y el Entretenimiento, según ellos "la totalidad" del sector musical, audiovisual, editorial y de videojuegos español, ha pedido al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que "no de marcha atrás" en su proyecto de cierre de web "piratas" en internet y le ha exigido que detenga esa "sangría" y de "seguridad", "dignidad" y "respeto" al sector.

Las asociaciones han afirmado que enviarán una "carta abierta" a Zapatero para dar "un mensaje clarísimo" de "unidad" de todo el sector cultural contra la vulneración de la propiedad intelectual.
La Coalición –en la que figuran ADIVAN, ADICAN, SGAE, CEDRO, PROMUSICAE, EGEDA, ADESE y FAP–, muestra también a Zapatero su "indignación" porque haya quien les acusa de acabar con la libertad de expresión por querer terminar con "la sangría" de la "piratería" y de no estar "adaptados" a los "nuevos tiempos".

Su presidente, Aldo Olcese, ha explicado antes de una reunión convocada para decidir su estrategia futura, que apoyan a Zapatero y a la ministra de Cultura en la disposición adicional de la ley de Economía Sostenible, en la que se contempla el cierre páginas web "piratas" sin que se precise autorización judicial, porque, dicen, se trata de "una ley de mínimos".

La regulación que se ha propuesto en España, señala, es "la mínima" porque sólo se contempla la actuación contra las paginas web ilegales y contra sus servidores, algo "insólito" en otros países, como Francia o Italia, donde las medidas incluyen a los usuarios. (…)

Efe

La Vanguardia.es, 18 de diciembre de 2009

 

La SGAE y la AUC se unen para fomentar la sensibilidad hacia los derechos de autor

La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) han suscrito un acuerdo para llevar a cabo diferentes iniciativas con las que fomentar la sensibilidad social sobre los derechos de autor y la propiedad intelectual.

En un nota de prensa hecha pública tras la firma del convenio, ambas entidades explican que este acuerdo prevé realizar jornadas, seminarios, campañas informativas y estudios e investigaciones. Se trata de "facilitar algunas herramientas para que se produzca un equilibrio sostenible en el ejercicio de los derechos de los consumidores y de los creadores",
en palabras de Eduardo Bautista, presidente de la SGAE.

Para ello la SGAE y la AUC, una organización sin ánimo de lucro dedicada a defender los derechos de los ciudadanos como usuarios de los medios y sistemas de comunicación, presidida por Alejandro Perales, llevarán a cabo acciones para que la propiedad intelectual "sea mejor entendida por el conjunto de los medios de comunicación", según la nota. (…)

Efe

La Vanguardia.es, 17 de diciembre de 2009

 

Los editores piden sanciones «rápidas» contra la «piratería»

En la ronda de contactos que está manteniendo el PP con los distintos sectores implicados en la legislación antidescargas ayer le tocó el turno a la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE). Los responsables del sector editorial plantearon al vicesecretario de comunicación popular, Esteban González Pons, los problemas que plantea una intervención judicial, como sugiere el PP, para modificar la enmienda de la Ley de Economía Sostenible que determina el cierre de páginas webs que contengan enlaces a  contenidos protegidos: «Les hemos dicho que la realidad es tan grave que si el juez ha de actuar tiene que hacerlo con enorme celeridad, que hay que poner un cuadro de sanciones y que a los delincuentes no les puede amparar la libertad de expresión», indicó Antonio María Ávila, director de la federación.

Por otra parte, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, anunció ayer durante la presentación del Proyecto Enclave en el Biblioteca Nacional que el IVA del libro electrónico se equiparará al de texto impreso, es decir, descenderá del 16 al 4 por ciento. Los editores lo consideran como el resultado de una «larga lucha»  que vienen manteniendo con la Administración.  El gremio estima que en 2009 subirá la venta de ebooks un diez por ciento con respecto a 2008, en el que se editaron 8.447 volúmenes electrónicos, lo que supuso una facturación de 42 millones de euros.

M.V.

La Razón, 15 de diciembre de 2009  

 

"La situación es compleja, pero estamos satisfechos con el debate sobre Internet"

La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, ha reconocido hoy que el Gobierno se encuentran en una "situación compleja" frente al debate sobre el bloqueo de las páginas web que posibilita la disposición final del anteproyecto de Ley de Economía Sostenible, e insistió en que "se está buscando el equilibrio entre el derecho de los creadores y el de los usuarios".
Durante la presentación el libro Geografía de la moda española en el Museo del Traje de Madrid, la titular de Cultura subrayó que el Gobierno está "muy satisfecho" de que exista un "debate social" y también en otros ámbitos sobre cómo debe utilizarse Internet. "Pero creemos que son compatibles la libertad de expresión y la protección de los derechos de todo aquel que quiera utilizar la web como espacio de producción, de creación y de difusión cultural", explicó la ministra.

En esta misma línea, resaltó que se está escuchando tanto a usuarios como a creadores y destacó que su ministerio está trabajando "muy intensamente" junto a los de Justicia, Interior, Economía y Presidencia "para ofrecer el mejor equilibrio posible a los intereses de todos".

Agencias

El País, 14 de diciembre de 2009

 

Bing y Google, demandados por facilitar las descargas

Una pequeña discográfica de EEUU ha demandado a los dos gigantes tecnológicos, Google y Microsoft, acusándolos de que sus buscadores facilitan la infracción de los derechos de sus músicos y, encima, ganan dinero con los enlaces.

La productora Blues Destiny Records tiene entre sus artistas a Roy Powers, Peter McGraw y Ronny Sessum. Desconocidos en España, estos autores vieron algunos de sus temas en un sitio de descargas directas (Rapidshare ) sin tener autorización. La discográfica ha denunciado a esta empresa ante el juzgado de distrito de Pensacola (Florida) por infringir su propiedad intelectual.

Pero Robert Gilmore, el abogado de la discográfica, no se queda aquí. Sin importarle el tamaño de sus contrincantes ni su músculo financiero para pagarse los mejores abogados de EEUU, acusa a Microsoft y a Google de "contribuir e inducir a incontables actos de vulneración de los derechos de autor al proveer los medios para localizar, copiar (descargar) y, además, distribuir ilegalmente grabaciones con copyright", se lee en la demanda presentada el lunes. (…)

Miguel Ángel Criado

Público, 14 de noviembre de 2009

 

 

 

 

 

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Hàbits de lectura/ Hábitos de lectura
 

Más lectores en las bibliotecas, más bibliotecas en Internet

"Nunca se ha leído tanto en España", dijo ayer en la Biblioteca Nacional la ministra de Cultura Ángeles González-Sinde. Hoy, las cifras facilitadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ilustran parte de esa afirmación. Las bibliotecas españolas crecen por todos los caminos posibles: puntos de servicio, usuarios, préstamos y presencia de cada centro en Internet.
Según el INE, las bibliotecas españolas contaron el año pasado con 16,30 millones de usuarios inscritos (13,30 millones de adultos y 2,91 millones en el área infantil), lo que supone un incremento del 10,1% respecto a 2006, año en que se realizó la anterior Estadística de Bibliotecas.

La estadística presentada hoy ha recogido un total de 6.601 bibliotecas, cifra superior en un 1,2% a la de 2006. En 2008 se ha contabilizado además un centro por cada 5.518 habitantes. En esta misma línea, el número de visitantes se ha incrementado un 5,0% y alcanza los 204,36 millones. Esto supone que cada ciudadano acudió a una biblioteca una media de 4,48 veces durante el año pasado. (…)

El uso de las nuevas tecnologías se está consolidando en las bibliotecas españolas. Así, la proporción de bibliotecas con acceso a Internet alcanzó el 87,7%. A comienzos de la década el porcentaje era la mitad. En las bibliotecas públicas este porcentaje se elevó hasta el 93,4%. (…)

Redacción

El País, 16 de diciembre de 2009

 

Tarragona lanza una biblioteca gratuita para 'e-books'

Tarragona explora desde esta semana las posibilidades del libro electrónico en la Red. El portal gestionado por la Diputación de la provincia ha impulsado una biblioteca digital gratuita (www.tinetbiblioteca.org) en la que los internautas disponen de 241 obras literarias. Los textos pueden descargarse para ser leídos en libros electrónicos sin aportar un céntimo. "Es una iniciativa pionera para medir el alcance del fenómeno del e-book y su evolución en el territorio", señala un portavoz de Tinet, portal orientado a los ciudadanos de las comarcas de Tarragona.

La biblioteca prevé aumentar su fondo mediante libros escritos y cedidos por los propios usuarios. Es la vía hallada por Tinet para explotar la gratuidad de sus contenidos sin flirtear con el pirateo. "Los internautas aportan sus escritos y los internautas se los descargan. Nosotros sólo ofrecemos una plataforma para que usen y amplíen la biblioteca sin ningún coste", señala un responsable del portal. Quien quiera aportar su libro sólo debe disponer de una conexión a la Red y rellenar un formulario mediante el cual cede de forma gratuita los derechos de reproducción de la obra en Internet. "Se trata de una cesión parcial", aclara el portal. El autor del libro puede modificar o retirar el contenido de su obra en todo momento. La iniciativa ha arrancado con unos 160 autores que han aportado 241 libros y prevé multiplicar la oferta en los próximos meses.

F. Balseéis

El País, 13 de diciembre de 2009

 
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Mercat editorial / Mercado editorial
 

Cultura rebaja a un 4% el IVA del libro electrónico

El IVA del libro electrónico será el mismo que el del texto impreso, es decir, bajará del 16% actual al 4%, anunció ayer la ministra de Cultura. Ángeles González-Sinde aseguró que la reducción es “algo más que un importantes estímulo a la industria”. Es, además, añadió, “un giro hacia la sostenibilidad” y hacia “los nuevos retos”. Cultura satisface así la demanda del sector editorial.

Redacción

La Vanguardia, 16 de diciembre 2009

 

El año cero del libro electrónico

Con el cambio de siglo aprendimos que nuestra era empezó en el año primero, que no hubo año cero. No sucede lo mismo con el aterrizaje del libro electrónico en España. Estas Navidades son las del despegue de la lectura digital en España: la oferta de dispositivos lectores se ha generalizado, hasta convertirse en una de las primeras opciones como gadget tecnológico para regalo, las primeras webs que ponen a la venta novedades editoriales en versión digital se han puesto en marcha (leqtor, enclave, amabook y edi.cat) y hasta el Gobierno ha decidido por fin (lo anunció ayer la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde) normalizar el IVA de los e-books y que paguen el mismo, un 4%, que cualquier otro libro.

Pero el año cero no es el año uno, aún, y lo dejó claro Sony cuando anunció que no venderá su lector en España hasta finales del año que viene, cuando espera que haya suficiente oferta de libros. Entonces estará en funcionamiento, presumiblemente, la plataforma que distribuirá a todas las grandes librerías electrónicas, a partir de mayo, los títulos de los tres grandes grupos editoriales de España, Planeta, Random House y Santillana. Cuando aún faltan unos meses para esta eclosión, ¿qué oferta tienen ante sí los lectores que quieran ser los pioneros?

La disponibilidad de dispositivos lectores ha desbordado el ritmo de digitalización de los editores españoles. Las webs especializadas (todoebook, luarna, leer-e, grammata) hace ya tiempo que venden dispositivos lectores, desde los más básicos hasta modelos de casi 600 euros con pantalla táctil de gran tamaño y conexión wi-fi. La novedad de este año es la proliferación de modelos básicos (ver página 2) disponibles en grandes superficies y adaptados a los requisitos de todas las librerías electrónicas que están en marcha o lo estarán pronto en España, que aún no se plantean las descargas inalámbricas pero sí tienen claro el formato de archivo que adoptarán como estándar: el epub. Ernest Folch, consejero delegado de 36L, la sociedad que ha lanzado la web Leqtor, calcula que a finales del 2010 el parque de e-readers en España será de 100.000. «Estamos a punto de agotar los primeros 5.000 Leqtor y hemos encargado 3.000 más. Pero lo más positivo es que en pocos días la media de libros comprados es de tres por cliente, y que cargamos libros nuevos cada semana».

Además de la popularización de los lectores, la novedad de estas Navidades es la puesta en funcionamiento de tres webs que ofrecen en conjunto unos 2.000 libros. Hasta ahora, aparte de la experiencia pionera de edi.cat, las librerías electrónicas estaban llenas de libros técnicos, clásicos de acceso libre y títulos que bordeaban la autoedición. Las recién llegadas que ponen a la venta versiones on line de libros vivos en las librerías son Enclave (una experiencia de los gremios de editores y la Biblioteca Nacional, Leqtor (lanzada por empresarios catalanes con el objetivo de ser la plataforma de difusión de las editoriales medianas en catalán y castellano) y Amabook (del grupo Urano). Al mismo tiempo, Amazon ha lanzado la versión internacional de su Kindle (no incluye libros publicados por distintas editoriales en EEUU y Gran Bretaña, ninguna de las cuales ha adquirido los derechos para todo el mundo, lo que excluye, por ejemplo, el último Dan Brown). Pero la disponibilidad de libros electrónicos es aún incipiente (ver gráfico) en las webs locales, y solo hay un abanico extenso de libros en inglés, de clásicos... y , sobre todo, de textos pirateados, descargables en formato pdf. La oferta legal aumentará mucho en los próximos meses, sostiene Santos Palazzi, responsable del proyecto de digitalización de Planeta. «Grup 62 empezará a publicar al mismo tiempo novedades en papel y en digital a través de Leqtor», anuncia Silvia Clemares, del principal grupo editorial en catalán.
Los e-readers están listos, la oferta para comprar e-books legalmente es limitada y la facilidad para descargar copias sin pagar es extrema. ¿Están puestas las condiciones para que se reproduzca el asalto pirata que ha asolado el mercado musical?

Santos Palazzi tiene dudas: «Es cierto que vamos un poco tarde. Digitalizar en condiciones es caro y laborioso. Pero la calidad de los libros pirateados en castellano es lamentable: están escaneados con dispositivos de reconocimiento de escritura que confunden letras, al pasarlos al lector las palabras no cortan bien...». Otra cosa sucederá cuando empiecen a circular copias digitales. Eso ha retraído de momento a entrar en este sector a editoriales como Anagrama o Tusquets. El responsable del área de libros del mismo grupo, Jesús Badenas, avisa del próximo frente que se abrirá: pedir mano dura al Gobierno, también contra la piratería de libros.

Ernest Alós

El Periódico de Catalunya, 16 de diciembre de 2009 

 

El IVA en los libros electrónicos se reduce del 16 al 4%

El presidente de la FGEE, Pedro de Andrés, y la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, han anunciado durante la presentación de Enclave —proyecto de digitalización de libros— la reducción inmediata del IVA del 16 al 4% en los libros electrónicos. Se consolida así una petición de los editores que arrancó en el congreso de editores celebrado en Bilbao en el año 2000. Esta medida sólo afecta a los contenidos no a los soportes de lectura y supondrá, en palabras de la ministra: “un paso decisivo para incentivar este tipo de libros”.

Redacción

Infolibro, 15 de diciembre de 2009 

 

Las editoriales se lanzan a las plataformas

El runrún de la llegada masiva del e-reader al mercado esta Navidad (que está por ver) ha hecho que algunas editoriales tomen la iniciativa y monten plataformas en internet para la exposición y venta del libro digital. Los más madrugadores han sido los de 36L, que en www.leqtor.com han abierto sus puertas con el apoyo de más de 30 sellos (entre ellas Arallibres, Maeva, Roca Editorial, ediciosn 62, SM o Columna) con un portal que pretende ser más que una librería virtual y donde la atención al cliente y la actualización del catálogo van a ser sus elementos más llamativos. 2,7 millones de euros se han invertido en este proyecto cuya cabeza rectora es Ernest Folch, director general de Arallibres, una ágil y activa editorial que se ha ganado un sitio puntero en la edición en catalán en pocos años. Sus previsiones son vender 100.000 e-books en 2010; 300.000 en 2011 y llegar a los 900.000 en 2012.
La otra plataforma surgida del mundo editorial de papel es la de www.amabook.com La familia Sabaté (propietarios de la editorial Urano) se ha lanzado a sacar adelante este portal que pretende dar servicio a lectores y que también actúe como mayorista para librerías on line. Su consejero delegado, Joaquín Sabaté, subraya que es un proyecto “muy serio, muy pensado y que tiene detrás una importante inversión económica de alrededor de 1,5 millones de euros”. Han preparado un portal muy interactivo que permitirá a los editores que tengan allí sus libros autogestionar sus contenidos. Sabaté también insiste en señalar la importancia del sistema de seguridad antipiratería a través de un acuerdo Adobe y el acuerdo con uno de los mejores bufetes de abogados especializados en protección de la propiedad intelectual. Por ahora, se pueden encontrar fundamentalmente libros de la editorial Urano, pero la idea es que se vayan incorporando progresivamente todas las editoriales que quieran. Y, por ahora, los dos gigantes: Random House y Planeta, siguen hablando y aún no mueven ficha. No tardarán en hacerlo.

Redacción

QuéLeer.com, 14 de diciembre de 2009

 

 

 

 

 

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Consum cultural / Consumo cultural
 

Los lectores sólo quieren contenidos gratis en internet

No será por estudios de mercado. La disposición de los lectores a pagar o no por la información en internet sigue siendo objeto de numerosas encuestas. La última que se ha conocido es la que encargó The Wall Street Journal Europe, periódico propiedad de Rupert Murdoch, en los últimos meses entre una muestra de 16.800 personas mayores de 15 años en 17 países europeos y Estados Unidos. Bajo el titulo de «Uso de Internet», la consultora International Gfk, se les preguntó a los encuestados si estarían dispuestos a pagar para acceder a los contenidos y cómo perciben la influencia de internet en la sociedad. Sólo un raquítico 13% de los participantes se mostraron favorables a pagar por la información digital.

Un 8% de los encuestados manifestó su disposición a pagar por contenido sin publicidad y un 5% se mostró partidario de hacerlo con publicidad.
Uno de los puntos más interesantes que se deben tener en cuenta de este estudio es que no se hace mención de noticias en particular. Lo que se les preguntó a los participantes es si pagarían por «noticias, entretenimiento y sitios como Wikipedia», agrupando todo el contenido, algo que puede distorsionar el estudio, pero que se explica por el hecho de que fuera encargado por una de las cabeceras de News Corporation y que tratara de inducir a una respuesta positiva con la que sostener su apuesta por establecer un modelo de pago como lleva proponiendo desde hace meses, según el análisis del editorsweblog.

«El 80% de los encuestados en los 17 países donde se realizó la encuesta quieren el libre acceso a los contenidos en línea: un tercio de todos los participantes en la encuesta opina que el contenido de internet debe estar libre de publicidad y debe ser gratuito», indica el informe. (…)

B. Yuste

ABC, 16 de diciembre de 2009

 

¿Puede Google salvar el periodismo?

¿Qué puede hacer Google para ayudar a los periódicos? es la pregunta que intenta responder Michael Massing en un interesante artículo publicado en The New York Review of Books donde apunta algunas pistas en relación a cómo tendría que actuar el popular buscador para sacar a la prensa de su maltrecha situación económica.

La solución parece pasar por que Google financiara un nuevo modelo de periodismo. En este sentido, hay que recordar que en los últimos tiempos se han puesto en marcha todo tipo de iniciativas en busca de ese modelo, entre las que se encuentran las publicaciones gratuitas como Chicago News Cooperative, California Watch y Texas Observer. Otras organizaciones como ProPublica, Spot.us y la Fundación para el Periodismo de Interés Público reciben financiación de comunidades o recursos filantrópicos y usan el dinero para apoyar el reporterismo de investigación o de interés público, según recoge el editorsweblog.

En su artículo, Massing apunta que mientras estos proyectos necesitan financiación, Google es un gran negocio que logró unos beneficios en 2008 superiores a los 21 billones de dólares. Además, recuerda otros precedentes de gigantes del mundo de internet que han financiado proyectos periodísticos como es el caso de Yahoo, que concedió a la Universidad de Stanford un millón de dólares para financiar una beca sobre el nuevo periodismo durante diez años.

Massing propone que Google debería establecer una línea de financiación periodística para ayudar a los nuevos proyectos, particularmente a aquellos que se dedican a la investigación y el análisis. Esos recursos económicos deberían también ayudar a los medios tradicionales en iniciativas digitales, haciendo posible por ejemplo un proyecto entre The New York Times y ProPublica para desarrollar DocumentCloud, un sistema que hiciera más fácil la búsqueda de documentos gubernamentales e institucionales.

B. Yuste

ABC, 14 de diciembre de 2009

 

Vida (traducida) tras Francfort

Que las traducciones de libros en catalán se incrementaran el año anterior y el mismo 2007 cuando la literatura catalana fue la invitada de honor de la Feria del Libro de Francfort era previsible. La gran pregunta era: ¿aguantará el tirón pasado el efecto Francfort? Pues al parecer, sí. Según hizo público ayer el Institut Ramon Llull (IRL), este año se acabarán traduciendo a 21 idiomas 102 obras originalmente escritas en catalán. Y además se han otorgado 92 ayudas a la traslación, un 12% más que el año pasado.

Quim Monzó, traducido a seis lenguas (entre ellas, el ruso), y Albert Sánchez Piñol, a cuatro, son los que encabezan un ranking en el que también repiten autores como Sergi Pàmies, Lluís-Anton Baulenas (al chino) y Jaume Cabré, entre otros. El castellano, con 31 títulos, el francés (13), el alemán (12) y el inglés (ocho, el doble que hace un año) son las lenguas que más traducciones acogieron.

"Aquí lo interesante es que muchas editoriales extranjeras ya realizan parte de esas traducciones sin pedirnos las ayudas que facilitamos, empezamos a entrar en un ámbito de absoluta normalidad", cree Carles Torner, director del área literaria del IRL, quien cifró en 73 los libros aparecidos este año que recibieron su apoyo institucional. (…)

Carles Geli

El País, 11 de diciembre de 2009

 

 

 

 

 

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Llengües catalana i castellana/ Lenguas catalana y castellana
 

Nueva Gramática de la lengua española

Desde 1931 ha habido varios intentos de renovar la Gramática, todos frustrados. La de Salvador Fernández Ramírez quedó truncada con el Esbozo de 1956, y la excelente de Emilio Alarcos Llorach no obtuvo la aceptación suficiente para ser publicada como texto institucional y apareció a nombre del autor en 1994. El auge sucesivo de diversas modas y corrientes lingöísticas durante el último medio siglo -estructuralismo de distintos enfoques, funcionalismo, generativismo, etc.- hacía problemática la adopción de cualquiera de ellas para abordar una obra como ésta, que debe mantener un equilibrio entre su faceta descriptiva y su carácter inevitablemente normativo.

No disponíamos de una Gramática extensa, capaz de recoger todos los mecanismos y posibilidades combinatorias de la lengua -la Gramática española de Salvador Fernández Ramírez (1951) había quedado reducida al primer tomo de los cuatro previstos-, en la línea de la francesa de Damourette y Pichon, con algunos toques a la manera de Le bon usage, de Maurice Grevisse. De cualquier modo, no sería éste el modelo adecuado, porque las estructuras morfosintácticas del francés tienen una rigidez fácil de reducir a reglas que el español, con su constelación de variantes posibles, no tolera. El afán de abarcar la descripción completa del español de España y América es el mayor mérito de esta Gramática, y se traduce en su extraordinaria extensión, que hace en algunos momentos complicado su manejo, con inevitables reiteraciones en lugares distintos y remisiones que obligan a saltos continuos. Si, por ejemplo, en la pág. 1.970 surge inesperadamente la denominación “verbos inacusativos”, se remite, para su aclaración, a un párrafo situado en la página 3.052.

Los dos volúmenes recogen la morfología y la sintaxis, y se anuncia otro con la fonética y la fonología. Una lista de “autoridades” o escritores y textos consultados, así como un extenso e imprescindible índice de materias, completan la obra. En la presencia de las “autoridades” se perciben notables desequilibrios. Así, Ortega y Gasset o Azorín tienen el mismo número de obras consultadas que Felipe Trigo, y menos títulos -lo que resulta aún más incomprensible- que escritores como José Donoso, Fernando Savater, Mujica Láinez, Benedetti o Vázquez Figueroa. Por otra parte, no figuran escritores actuales caracterizados por sus intentos de innovación idiomática, entre ellos Luis Martín-Santos, Isaac Montero, Ramón Buenaventura, Montero Glez o Hidalgo Bayal (como se verá, este hecho no deja de tener consecuencias). En cuanto a la faceta normativa -esencial en cualquier gramática académica-, se diluye en demasiadas ocasiones. En 43.6a se menciona el dequeísmo como “uso incorrecto de la secuencia de que en las subordinadas sustantivas”, pero luego se habla -sin condenarlas- de “construcciones dequeístas” (33.2k), “hablantes dequeístas” (43.6d) y hasta de “variante dequeísta” (47.10s) en la locución “a menos (de) que”. Pero sólo “se recomienda usar en su lugar a menos que”. No parece ésta la actitud normativa esperable. ¿No sería más adecuado proscribir en vez de recomendar? ¿Acaso señalar como tal una incorrección flagrante es “políticamente incorrecto”? En la misma línea (16.9f) se citan ejemplos de leísmo como “a Julieta no le vi ayer” y “he comprado un cuadro pero aún no le he colgado”, y “se recomienda evitar las dos opciones”, actitud pusilánime cuando lo que el lector busca es una postura tajante, porque la Academia es notario, pero también juez. ¿Se hallan sus normas afectadas por el virus del temor a mostrar autoridad? Todo lo que se dice de las construcciones loístas es que “están fuertemente desprestigiadas” (16.10k). Lo cierto es que ante usos como “lo di una bofetada” no caben paños calientes, sino vetos firmes. Esta actitud un tanto elusiva, tolerante y ambigua presidía ya la última Ortografía académica, que dejaba al criterio de cada hablante la acentuación de numerosas palabras, y también en el llamado -con desmedido énfasis- Diccionario panhispánico de dudas, donde la vacilación entre dos formas se resuelve a menudo dando las dos por válidas. Aquí sucede algo análogo cuando se aceptan por igual los plurales dobles (frenesís / frenesíes, rubís / rubíes, jabalís / jabalíes, israelís / israelíes), incluso en formas insólitas (tunecís / tunecíes, cuando el uso se inclina claramente por tunecinos). (…)

Ricardo Senabre

El Cultural, 11 de diciembre de 2009

 

 

 

 

 

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Opinió / Opinión
 

La ciudad digital

Julio Ortega

Internet ha empezado a configurarse como una ciudad cuyos espacios confirman la identidad del operador, cada vez más caminante que navegante. Hay ya una escritura digital que nos identifica en el coloquio. Aun si las bitácoras y el mensaje instantáneo todavía promueven una cierta impudicia sentimental o agresiva (el yo "obsceno y feroz", que decía Lacan) el vecindario valora más los protocolos del diálogo. Y se ha ido forjando una economía de la urbanidad y la inteligencia mutua. Pronto Internet tendrá una historia, seguida por un museo. La aceleración del futuro que la tecnología impuso inicia, ahora mismo, su ciclo de decantamientos. El debut del "vook", híbrido de vídeo y libro (¿vibro?), demuestra que no sirve para ver a gusto ni para leer a conciencia. Acaba de fabricarse, y ya se debate entre el museo y la chatarra.

Internet está hecho de varios puentes, algunas puertas, y hasta muchas ventanas. Todavía lo vemos como un continuo indiscriminado y transitorio; pero construimos ya con esos materiales casuales un espacio propio, periódico y articulado. Cada operador inventa sus pre-cursores, y genera una familia de lugares de concurrencia, de sitios citados, como si el diálogo pudiese ser nuestra realización urbana. Por eso, vamos construyendo nuestra parte de ciudad, con páginas, redes y mapas, no por afán coleccionista sino por afán interactivo. Uno visita la British Library junto al Ramson Center de Austin; la editorial Pre-Textos de Valencia y Tombona de México. En el paseo, nos llega un mensaje de Carlos Monsiváis: "Nunca lo creí posible, pero las amistades y la magia del e-mail me han llevado a la condición del que aguarda cartas en un pueblo aún no fiscalizado por una novela de Skármeta". Es preciso afirmar este habitat, añadirle habitaciones a la primera ciudad post-estatal y trans-fronteriza.

Leer en la pantalla y leer en un libro, sin embargo, no se confunden ni se suplantan. Internet no sustituye a las prensas, enciende otra fase de la comunicación. Es una geotextualidad, sin principio ni fin, desplegada por su fuerza permutativa y libertad aleatoria. Esa ciudad virtual debería hacer más compartible nuestra ciudad fatal.

Al final, los libros en Internet no son alternativos al libro impreso. Cualquiera que haya buscado los relatos del Conde Lucanor en la Red, sabe que aparecerán veinte versiones dudosas. El libro, además, es un objeto cuya unidad simboliza la integridad de nuestro propio cuerpo, mientras que el texto en Internet pertenece a la fluidez de la imagen y su mutación. La lectura de un texto impreso supone la luz de la atención. La del Internet, la luz eléctrica. Pero Internet podrá diversificar las operaciones del arte de leer. Cuando la tecnología de los juegos electrónicos, que emplea a los jóvenes más creativos, decida invertir en educación, esa suma nos hará más civiles.
Pronto debe aparecer la nueva máquina de leer fabricada en MIT. Conectados a su sistema, veremos en la pantalla el nacimiento de las imágenes formándose en nuestro cerebro. Será como vernos en un espejo interior. No habrá mucho que hacer con esa máquina de soñar despiertos. Salvo que nos inventemos vidas elocuentes, lugares fabulosos, y encuentros mágicos. Pero para eso tenemos ya el Quijote y Cien años de soledad. Después de todo, la ciudad digital se debe a nuestra lectura.

Babelia – El País, 12 de diciembre de 2009

 

 

 

 

 

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