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Un Premio Planeta histórico
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Un Premio Planeta histórico
ACEC  16/10/2020



E sta 69 edición del Premio Planeta, pese a lo que diga su guarismo, ha sido la que menos cuerpo a cuerpo ha tenido en sus casi 70 años de historia ininterrumpida. Se ha tenido que renunciar a los jugosos corrillos y la tradicional cena de más de 1.000 personas. La entrega se ha realizado en un acto más recoleto, con 150 invitados, casi todos periodistas y empleados de la editorial, junto a las autoridades competentes, en esta ocasión, la vicepresidenta Calvo y la alcaldesa Ada Colau. El lugar también ha sido novedoso, el Palau de la Música Catalana de Barcelona, y las medidas de higiene sanitaria han sido estrictas. La organización se ha preocupado tanto de la salud de los asistentes que la única bebida que se les ha ofrecido ha sido un botellín de agua sin gas. A pesar de la excepcionalidad de este año, hay tradiciones que no fallan en el Planeta. Una de ellas es que el Govern de la Generalitat no envía al acto ni al conserje del Palau y muestra su desprecio más absoluto al grupo editorial más importante del mundo en lengua castellana y catalana (es propietario de Grup 62), con 9.000 empleados y sede física en Barcelona.

La otra tradición es que haya alguna manifestación en los alrededores del evento, como así ha sido también este año. En mitad de la Via Laietana, frente a la Jefatura de la Policía Nacional, había una manifestación no muy numerosa pero que tenía el tráfico cortado y eso ha hecho que llegaran con retraso algunos invitados. La manifestación de este año era de personas, muchas de origen latinoamericano, que exhibía carteles con la expresión “Citas ya” en demanda de que se agilizaran las atascadas citas para la obtención de papeles para la nacionalización. Así es Barcelona: unos se manifiestan cabreados porque no quieren ser españoles  y otros se manifiestan cabreados porque no les dejan serlo.

Una vez llegados todos los convocados al Palau de la Música, la ceremonia se ha iniciado con un merecido recuerdo a Carlos Ruiz Zafón, fallecido hace unos meses. La pianista Marta Muñoz ha interpretado magníficamente la composición musical que Zafón -gran melómano- compuso para La sombra del viento. Después, el presidente de Grupo Planeta, José Creuheras ha declarado su propio vértigo al constatar que el Premio Planeta ha vendido en toda su historia 43 millones de ejemplares y ha pedido a la vicepresidenta Calvo ayudas del gobierno para los libreros. Tras recordarnos Javier Cercas, Mr. Planeta 2019, que la gran literatura ha sido popular en muchas épocas y anunciar que tiene ya a punto de caramelo una nueva novela policial del protagonista de Terra Alta, se ha procedido a leer el acta del jurado de esta edición 2020. En esta ocasión, el jurado se reunió el día anterior para tomar su deliberación, lo que ha ahorrado el clásico -e innecesario- vaivén de presuntas votaciones durante la cena y evita el sonrojo de los periodistas que asisten a las votaciones con cara de circunstancias cuando ya todos en la mesa de prensa saben quién es el ganador.

La ganadora que se lleva este año el premio gordo de las letras españolas de 601.000 euros ha sido Eva García Sáenz de Urturi. La autora súperventas con la trilogía La ciudad blanca ha ganado el Planeta 2020 con Aquitania, donde noveliza la vida de la noble francesa del siglo XII que ella ha calificado de “thriller medieval”. La autora considera su novela “un homenaje a El nombre de la rosa y un Juego de Tronos fundacional en Europa”. En su intervención ha dado primero las gracias al jurado y, después, a su agente, Antonia Kerrigan “por la defensa de mis intereses”. Ha querido dedicar este premio “a las 33.000 víctimas de la pandemia”. Ha señalado que la familia protagonista de Aquitania, reina combativa y mecenas de artistas, “tenía por lema SSS: solo sé seguir, y eso es lo que hace la literatura: seguir siempre”.

La novela finalista de esta 69 edición del Premio Planeta ha sido Un océano para llegar a ti, de la periodista y escritora Sandra Barneda. Barneda ha estado presente de manera virtual a través de videoconferencia. Ha explicado que “escribo para reinterpretarme y reinterpretar el mundo”. Barneda ha dicho que “Esta novela es un homenaje a la vulnerabilidad de la que tanto nos escondemos, una novela que abraza las heridas de la vida. Una novela que habla de, como hemos comprobado este año, la necesidad de valorar como extraordinario lo ordinario.”

Un edición extraordinaria del Premio Planeta con una puesta en escena más austera, un evento más breve, en un horario de mejor conciliación familiar y mejor conciliación periodística con los cierres de edición, con una cata musical que llena el espíritu en lugar de la barriga que ha resultado impecable y la voz del escritor, en este caso a Javier Cercas. Sin embargo, responsables de la organización del premio Planeta insistían en que el año que viene se volverá al formato habitual de cena descomunal tipo boda gigante, y seguramente el resto de parafernalia: regalos que traen las azafatas, quiniela para acertar los ganadores con premio de lote de libros, cortinillas musicales entre plato y plato. Sea como sea, será el 70 premio Planeta, digno de celebrarse. Porque con todas las pegas que se le pueda poner al premio Planeta, que son bastantes, nadie (incluyendo todos los listillos que lo critican desdeñosamente) ha hecho en España una divulgación de la lectura tan importante como han hecho ellos en los últimos 70 años.


Toni Iturbe
Librújula




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